Drácula es una novela de terror de 1897 escrita por Bram Stoker sobre el Conde Drácula, un vampiro que viaja desde Transilvania a Londres y un grupo de personas que tratan de detener sus planes de someter al mundo. Más tarde y basados en esta novela y en la de Nosferatu (un vampiro chupa sangre) , el Conde Drácula apareció en el séptimo arte con la película titulada "Drácula" de 1931 por Universal.
Pero el personaje del Conde Drácula no fue ficticio. En realidad se llamaba Vlad III, pero sus actos lo convirtieron en un mostruo más sanguinarios que el de todas las películas y novelas de Drácula juntas. Se le conoció como Vlad el empalador o Vlad Drăculea (que significa hijo del diablo).
Vlad III de Valaquia nació en la región de Transilvania, en 1431. Hijo de Vlad "El Diablo" (caballero de la orden del dragón conocido por su afamada crueldad y sangre), se hizo famoso por su increíble bravura y valentía, su implacable sentido de la justicia y defensa del cristianismo, y su extraordinaria crueldad, capaz de llamar la atención incluso en aquellos tiempos sangrientos.Vlad se sentó en el trono de su país a los 18 años, bien es cierto que, al principio, como soberano títere de los turcos. De su contacto con los otomanos aprendió el horrible suplicio del empalamiento que después, en cuatro años de locura, utilizaría hasta la saciedad.
El número de sus víctimas se contaron por miles que aparecían incluso aumentadas por el boca a boca de los aterrados habitantes del lugar. En Schylta ordenó matar a 25.000, y en una ciudad cercana, el día de San Bartolomé de 1460, empaló a 30.000. A una concubina que le comunicó su embarazo, ordenó que le abrieran el vientre a ver si era verdad.La amputación de miembros, nariz y orejas, la extracción de ojos con ganchos, el estrangulamiento, la hoguera, la castración, el desollamiento, la exposición a los elementos o a fieras salvajes, la parrilla y la lenta destrucción de pechos y genitales, especialmente de las mujeres fueron otros métodos practicados por este personaje.
Luchó y descargó toda su brutalidad tanto contra cristianos como contra musulmanes. Defendiendo lo que le convenía en cada momento, luchaba contra aquél que le hiciera pagar tributos.
Afortunadamente fue asesinado en combate a los 45 años de edad. Los otomanos le cercenaron limpiamente la cabeza y la enviaron, previamente conservada e introducida en miel, al sultán de Constantinopla.
